El Alzheimer y la rosa de El Principito

Decía el Principito:

- Fue el tiempo que pasaste con tu rosa lo que la hizo tan importante.

-El tiempo que perdí por mi rosa… - dijo el principito, a fin de acordarse.

- Los hombres han olvidado esta verdad - dijo el zorro - . Pero tú no debes olvidarla. Eres responsable para siempre de lo que has domesticado. Eres responsable de tu rosa…

- Soy responsable de mi rosa… - repitió el principito, a fin de acordarse.

Cuando somos niños y adolescentes y tenemos pendiente crear todos nuestros recuerdos y nuestra historia, nos olvidamos que no todo el mundo los podrá guardar para siempre. Nuestra historia personal se guarda en el corazón de nuestro cerebro, fuerte y frágil al mismo tiempo. Si somos historia y presente, sentimientos y acciones, no dejamos de serlo cuando morimos, si no cuando olvidamos.

La humanidad con la ciencia ha hecho el milagro de alargarnos la vida, mejorando la salud y los condicionantes de la misma, y nos gusta creer que tenemos un mundo mejor. Podemos disfrutar de la sabiduría de la gente mayor mucho más tiempo, de su experiencia imprescindible para construir el mundo del mañana.

Pero hemos abierto la puerta a muchas condiciones que son hijas, precisamente, de este bienestar. Las enfermedades neurodegenerativas y sus consecuencias no nos preocupaban hace 150 años, cuando teníamos miedo de las infecciones.

La humanidad, incansable pese a todo y que sí que tiene una memoria, un conocimiento compartido, ya hace tiempo que ha puesto a la ciencia a trabajar para conocer estas enfermedades a fondo y darles una respuesta.

Como el Principito y su rosa, somos responsables de preservar la memoria colectiva, que es la suma del legado de todos los que nos han precedido. Porque si hemos conseguido acabar con muchas enfermedades, podemos poner esperanza en encontrar el antídoto para el microbio olvido, como hemos encontrado remedio para el microbio cáncer y solución para los microbios de muchas pandemias.

Como el Principito y su rosa, ahora debemos cuidar nuestras rosas, aquellas que han nacido para disfrutar del milagro de una vida más larga. Aquí están las rosas y aquí estamos para cuidarlas y que no pierdan el frescor, el color y el sentido de su vida. Por ellas y por los que disfrutamos de su presencia. La rosa de la relación con las personas mayores, guardianas de sus recuerdos y de su vida, por su conocimiento y experiencia. Porque son nuestra historia, razón de ser y desde donde los jóvenes que vienen detrás construyen su futuro.

No nos podemos permitir perder este bagaje. Y por ello es imprescindible recordar siempre que hay mucho trabajo por hacer. Hemos encontrado remedio a enfermedades que parecían imposibles de curar, y hemos conseguido confortar y mejorar la vida de mucha gente. Poniendo esfuerzo, conocimiento y recursos, ayudaremos a que nuestras rosas sigan manteniendo el frescor, las espinas y nos regalen su belleza y color.

Ace Alzheimer Center Barcelona es el Principito del planeta de la rosa, que con la campana de cristal protege a las personas con Alzheimer y estudia la mejor manera y cuál es el mejor abono para que la rosa pueda, orgullosa, disfrutar de su belleza perfecta. Para seguir trabajando para que el Alzheimer sea historia necesitamos ilusión y ganas de cambiar las cosas, recursos, esperanza y el apoyo de todos.

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