Tartaglia, una red donde intercambiar información relevante para la investigación

Poder saber quienes son las personas que en el futuro desarrollaran una enfermedad es una de las actividades científicas más importantes en los últimos tiempos en investigación en salud.

En Ace Alzheimer Center Barcelona somos líderes en investigación del Alzheimer, donde uno de los objetivos principales es el de identificar parámetros del habla que permitan reconocer personas que se encuentran expuestas a un mayor riesgo de esta enfermedad.

El proyecto se enmarca en uno más grande llamado Tartaglia (Niccolò Tartaglia, matemático e ingeniero italiano del siglo XVI), donde trabajan 16 entidades sanitarias y tecnológicas, y que tiene como objetivo aprovechar las ventajas que ofrece la inteligencia artificial para resolver algunos de los retos de la medicina y acelerar la investigación clínica. La clave de Tartaglia es diseñar una red de trabajo de colaboración entre entidades diferentes, en forma de una red federada, donde se compartan datos clínicos de manera segura y donde converjan perfiles profesionales diversos (sanitarios, biólogos, informáticos, científicos de datos, etc…).

 

Pero, ¿por qué nos interesa el habla?


En el año 1996 se publicó en la prestigiosa revista médica JAMA un estudio que tenía como participantes un grupo de monjas de clausura en los Estados Unidos. De ellas, se recogieron diversos parámetros, haciendo uso de los datos autobiográficos extraídos de sus comunicaciones por carta. Los primeros datos recogidos se remontan a cuando las participantes tenían poco más de 20 años de edad.

Casi sesenta años después, se evaluó la capacidad cognitiva de aquellas participantes que estaban vivas. En el caso de las difuntas, se pudo estudiar su cerebro para intentar identificar indicadores de la enfermedad de Alzheimer.

Los resultados indicaban que presentar menos capacidades lingüísticas ya durante la juventud se relacionaba con unas capacidades cognitivas más pobres durante la vejez, así como con una mayor probabilidad de desarrollar Alzheimer.

Han pasado más de 25 años desde la publicación de este estudio y las capacidades tecnológicas que tenemos actualmente a nuestra disposición para analizar el lenguaje han cambiado sustancialmente.

Sabemos que las alteraciones de la memoria, que son las que más llaman la atención en la enfermedad de Alzheimer, se asocian también con cambios en la producción del lenguaje. La presencial de signos de deterioro cognitivo que tengan una aparición muy inicial, lo que conocemos como signos de inicio precoz, muchas veces suele suponer tener que llevar a cabo exploraciones neurológicas y neuropsicológicas integrales.

Estas exploraciones y la interpretación de los resultados piden una elevada experiencia y, a menudo, requieren diversas horas de exploración. Esta inversión de recursos, desafortunadamente, no facilita que se hagan evaluaciones repetidas ni, aún menos, que se dirijan a personas que no conviven con la enfermedad pero que pueden estar presentando ya algunos indicios de la misma.

La forma tradicional de evaluar la función del lenguaje se ha basado habitualmente en el uso de test lingüísticos estructurados, insertados en baterías de evaluación más o menos extensas, donde se evalúan a menudo otras funciones cognitivas y que se suelen conocer popularmente como pruebas de “lápiz y papel”. Este sería el procedimiento más frecuente que se espera cuando se quiere hacer una evaluación exhaustiva de toda persona.

No obstante, la aparición de tecnologías de procesamiento del habla, basadas en inteligencia artificial, sumada a la capacidad de procesamiento de los ordenadores actuales, permiten complementar y diversificar las estrategias disponibles para la identificación de personas que se encuentran en situación de riesgo. Muchas de ellas, y como exponíamos antes, son personas que no presentan síntomas manifiestamente relevantes o preocupantes, pero sobre las que deberíamos prestar ya cierta atención.

El análisis del habla espontánea se basa en el análisis de conversaciones o en la descripción, hablada, de actividades que son ordinarias, que tienen que ver a menudo con actividades de la vida cotidiana. Una de estas actividades, muy utilizada, es la descripción de una imagen donde está sucediendo una acción. Este tipo de actividades tienen la ventaja que son fáciles de utilizar en los test y suelen ser representativas de las capacidades lingüísticas de la mayoría de nuestros pacientes, ya que se basan en, como decíamos, actividades personas o comúnmente llevadas a cabo por la mayoría de personas.

Además, muy importante, permiten que puedan ser utilizados dispositivos digitales, como por ejemplo una Tablet o un teléfono móvil, y sin que sea necesario invertir más que unos pocos minutos para resolver la actividad. Pese a la sencillez de la evaluación, nos es posible generar una gran cantidad de variables, de indicadores, que pueden ser cuantificados y que pueden ser de gran interés científico una vez han sido debidamente procesados y analizados. Y esto lo podemos hacer, actualmente, de manera automática y casi al momento, gracias al uso de sistemas informáticos.

 

¿Cómo lo hacemos en Ace Alzheimer Center Barcelona?


Pedimos a nuestros usuarios que colaboren invirtiendo unos pocos minutos de más en completar este nuevo protocolo de lenguaje. Lo hacen aprovechando la misma visita que ya tienen programada con nosotros. Sólo nos ocupa 6-7 minutos. Lo que pedimos son actividades cómo describir una acción presentada en un dibujo o hablar libremente sobre un evento personal agradable. Y lo hacemos utilizando una Tablet.

Pronto podremos hacer estas exploraciones del habla desde casa, sin que el paciente deba venir a visitarnos presencialmente. De hecho, nosotros ya ofrecemos a algunos de nuestros pacientes y familiares seguimientos y exploraciones ordinarias desde casa, gracias al uso de dispositivos móviles u ordenadores.

Para asegurarnos la calidad del procesamiento del habla de nuestros pacientes y de los mejores algoritmos de inteligencia artificial para identificar los parámetros más relevantes, disponemos de la plataforma digital Accexible, una empresa tecnológica especializada en el procesamiento automático del habla y que forma parte también del consorcio de Tartaglia.

 

 

¿Qué más nos hace falta en este proyecto?


Continuar enriqueciendo la muestra de estudio. Que vaya creciendo.

Nos hacen falta más personas afectadas por demencia, pero también personas que aún no tienen la enfermedad, ya que son personas de un enorme valor en investigación cuando se quiere identificar variables o síntomas de aparición temprana.

Cuantas más personas evaluadas tengamos, y cuanto más enriquecida esté en materia de manifestación de la enfermedad (en estadio, gravedad, tipo de demencia…) más opciones tendremos para identificar factores del habla (¡a veces sutiles!) que puedan tener una gran relevancia en la detección de personas con un mayor riesgo de desarrollar Alzheimer.

Tenemos previsto evaluar más de 1500 personas, algunas de ellas más de una vez, con la intención de poder hacer un seguimiento.

El proyecto Tartaglia nos ha permitido dotarnos de parte de los recursos económicos y profesionales necesarios para llevar a cabo un proyecto tecnológico de esta envergadura.

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